Estimados todas/os/es
La entropía (designada con la letra S por las gentes de Ciencia) es una magnitud muy peculiar de la Física y la Química, ya que nos permite medir la no equivalencia total entre energía y trabajo; o lo que es lo mismo, no toda la energía se puede utilizar en realizar un trabajo, hay una parte que se pierde inexorablemente, y esa parte es la entropía. Esta magnitud nos indica la dirección en la que transcurren los sucesos, y estos siempre tienden a aumentar la entropía. Un vaso se cae y se hace añicos aumentando la entropía o caos del sistema. Nunca al revés, los añicos no suben a la mesa y forman un vaso. Si quieres formar un vaso tienes que realizar un trabajo (designado por las anteriores gentes con la letra W) que se oponga y venza a la entropía.
Tumba de Boltzmann en Zentralfriedhof mostrando su ecuación |
El doctor en física austriaco Ludwig Edward Boltzmann fue el que dio forma matemática a estos conceptos y revolucionó el mundo científico, ya que de su teoría y su constante (k) se concluía la existencia de los átomos. Esta existencia fue abrazada con mucho calor por el mundo de los químicos, que ya reconocían a estos entes como partes indivisibles y fundamentales; no así en el ambiente físico que despreció estas teorías (¡Qué confundidos estaban!). Esta no aceptación parece estar en la base del suicidio del eminente físico en 1906. Podríamos decir que tuvo mucha mala suerte, ya que en 1911 Rutherford consiguió acallar todas las críticas de sus colegas físicos, instaurando al átomo como la parte central de nuestras vidas.
Como podemos ver, para tener éxito en alguna faceta de nuestra vida lo que tenemos que superar es la tendencia de la Naturaleza al caos. Tenemos que trabajar duro y pagar el impuesto que es la entropía. Según esta visión del mundo, que es la de este escribidor, la suerte no existe, ni la mala suerte, ni el gafe, lo que ocurre es que no se ha trabajado lo suficiente ¿Tuvo mala suerte Boltzmann? No, lo que le falto es un pelín de trabajo más, para convencer a los físicos más escépticos, para vencer a la entropía de los pensamientos, para superar el caos programado de las cosas.
A parte del clásico gafe español del automovilismo Carlos Sainz, al que siempre le falta un poco de trabajo para ganar, parece que está emergiendo un piloto que quiere quitarle el cetro. Y no es otro que el bueno de Robert Józef Kubica. Ahora que lo importante está consolidado es momento, quizás, de reflexionar un poquito con su vida.
¿Reconocen al segundo y tercer clasificado en esta carrera de karting? |
Este piloto ya, desde su época de karts, demostró su valía, ganando todos los títulos posibles en Polonia desde 1994 a 1997. Su traslado a Italia no impidió que también ganase allí, siendo el primer extranjero en ganar el torneo internacional de karting de Italia en 1998. Su paso por el karting internacional fue brillante, máxime si tenemos en cuenta que corrió contra otros jovenzuelos de gran valía a los que venció en muchas ocasiones. Desde 2000 hasta 2005 estuvo corriendo y ganando en distintas formulas hasta que el coche del equipo Épsilon Euskadi le hizo ganar la World Series de Renault en 2005. Al año siguiente se enroló en el equipo BMW como probador, pero la clásica mala cabeza de Villenueve le facilitó su debut en Hugría ese mismo año, acabando en una increíble séptima posición. Y aquí empiezan estos girones de mala suerte, según la mirada cálida de la mayoría de los aficionados de F1, o la falta de trabajo, según los malvados científicos. Al coche le faltaron dos kilos según la norma de pesaje y por ello fue descalificado, nadie se tomo el trabajo de calcular el peso que iban a tener al final. Nadie se tomo el trabajo de recordar al piloto que en la vuelta de llegada hay que ir recogiendo goma, Robert no se tomo el trabajo final de hacer unos pocos metros más por donde había más suciedad para aumentar de peso en la balanza. Un pelín más de evaluación, picardía, ingenio, llámelo como quiera al final nos referimos a trabajo, hubiese sido suficiente para bordar su primer GP.
El año 2007 se presentaba con unas expectativas máximas para su equipo y para él. Renault (antigua Toleman), que era el equipo dominador, había perdido a su buque insignia y las declaraciones del jefe brasileño Ghost ya indicaban que la marca francesa iba a invertir muchos menos recursos en F1, y presagiaban su salida futura (¿Quién podría haber pensado en aquellos años el follón de nombre al que estamos avocados con esta escudería esta temporada?). McLaren era un equipo missing, el anterior coche había sido algo peor que pésimo. Ferrari estaba perdida en su laberinto de pasiones italianas, del que creo que todavía no ha salido. Por todo ello parecía que era el año de la Sauber alemana. Pero en el gran premio de Canadá, una mala evaluación de una maniobra le hizo protagonizar el accidente más espectacular de la F1 en los últimos años ¿Mala suerte? Deportivamente hablando no hizo el trabajo suficiente de evaluación y la maniobra le salió fatal, humanamente hablando el trabajo hecho durante años en las medidas de seguridad venció a la entropía, permitiéndonos disfrutar del pilotaje de Vettel, en el siguiente GP y en el siguiente a este con el de Robert otra vez. Los resultados de esa temporada no terminaron de ser excelentes, y yo siempre me preguntaré si el accidente de Canadá no estuvo parte del tiempo en el subconsciente del polaco (¿No creen que el pésimo resultado de Massa 2010 es función de su horrible accidente? Yo al menos sí creo que ese accidente esta por algún lado de su cerebro y le impide acelerar un poquito más).
No es mala suerte, es dejadez en el trabajo de escribir |
No existe la mala suerte lo que existe es la entropía. Trabaja duro en todos los aspectos (y por encima de la criatura de Boltzmann) y siempre tendrás buena suerte.