Primo de Anónimo

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miércoles, 14 de abril de 2010

L'aerodinamica è per chi non sa fare i motori

Perdónenme que haya tomado una de las muchas frases famosas de Don Enzo Ferrari, pero creo que ilustra muy bien como una pasión puede cegar cualquier tipo de raciocinio y hacerte creer que tus deseos son la realidad.

Una de mis aficiones es la Fórmula Uno. Y si has llegado hasta este pequeño blog es debido a esta afición mía, y no a mis posibilidades como escritor.

Son extraños los caminos por los que una persona va eligiendo sus aficiones. Aunque no tengo muy claro por qué acabe aquí. Sí puedo decir que la culpa no es totalmente mía si no que he de compartirla con mi padre. No, no, no pienses que él es un gran aficionado a la F1. Todo lo contrario, según su comentario menos despectivo “eso de la fórmula uno es un pobre espectáculo; unos coches detrás de otros, dando vueltas sin adelantarse hasta el final”. Este comentario ya lo hacía mi padre a mediados de los 70.Treintaicinco años después mucha gente sigue quejándose de lo mismo, porque no han entendido lo que hay detrás de este espectáculo.

Mi padre era aficionado, que no fan(-ático), de las motos. Según su sabia opinión, ese sí que era un deporte de motor. Por suerte en mi familia nos educaron en que la individualidad, personalidad y las opiniones eran aspectos importantísimo a fomentar, y que debían ser respetados, siembre que hubiese razones para ello. Supongo que como reacción al amor de mi padre a las motos, yo lo desarrolle a los coches. La personalidad se suele construir contra ciertas figuras y yo opté por esa dirección. Ahora que el papel de padre lo ejerzo yo, me he dado cuenta que no forjé mi personalidad contra mi padre como podría suponerse, sino que él hábilmente me ofreció varias posibilidades y yo elegí una. Elección que siempre fue respetada.

Mis primeros recuerdos de la F1 son de mediados de los años 70. Y el primer nombre que recuerdo de aquella época es el de Emerson Fittipaldi y casi seguidos recuerdo a Niki Lauda y Clay Regazzoni. En aquella época la escudería Ferrari era toda una institución, ganando sus coches rojos (bueno no, oscuros en mi televisión) un campeonato después de otro. Las noticias de este espectáculo llegaban a España con cuentagotas. Aun recuerdo esperar programas enteros de noticias/deportes para al final ver 4 ó 5 minutos de resumen del correspondiente GP. De esta primera época la imagen que me quedo, y quizás a mucha gente también, fue la de 1976 en Nürburgring. Sin lugar a dudas ese ha sido el accidente de la F1 más emitido por todas las televisiones.

La siguiente década fue en la que encontré al que es mi ídolo; si se puede decir eso. Dejémoslo en el piloto que le tengo un cariño especial, ahora mejor. En esa década me fui cultivando como aficionado de la fórmula uno, nunca como fan del último piso ni de escudería alguna, ni de ningún piloto. De entre los pilotos de aquellos que podía haber elegido para tenerle cariño estaban Piquet (ese no, el padre), Rosberg (ese tampoco, el padre), Prost, Mansell, Senna (ese no, el tío. Es endogámico esto de la fórmula uno). Y al final me decante por Derek S. A. Warwick. Mi anglofilia no cabía de gozo al haber elegido un deporte prácticamente inglés. Salvo Ferrari las escuderías que he conocido son todas inglesas, y además un piloto que seguía los arquetipos que tenemos de los ingleses.

Warwick empezó corriendo en la F1 en 1981, con una escudería que era también principiante Toleman (después Benetton y ahora Renault). En 1984 paso a Renault (no la actual) y en 1985 cometió su mayor error, se quedo en Renault y no se fue a Williams. A partir de ahí, todo fue en la mala dirección. Al año siguiente fue vetado por el “bueno” de Senna y ya fue de equipo malo a equipo peor (o en horas bajas), hasta que abandono el espectáculo en 1993.

Nunca gano una carrera, aunque su potencial estaba ahí (al menos eso creo yo … y también Senna). A pesar de todo le tengo cierto cariño por que siempre fue todo un Sir en la pista, algo muy extraño en aquella época (y ahora). Un piloto que era fácilmente adelantable en el primer tercio de una carrera, pero que en el último tercio hacia que cualquier intento de adelantamiento fuese inútil. Tapaba los huecos mejor que nadie y casi nunca tuvo una fea palabra para con sus compañeros.



Derek Warwick: "He's just a total bloody idiot. Always was, always will be" (hablando casi bien sobre Rene Arnoux)

domingo, 11 de abril de 2010

Trabajo, trabajo, trabajo

El rugby es por antonomasia el deporte más ingles. Todos los colegios tienen un equipo de este deporte y es muy normal ver actualmente a los chicos (y chicas) jugando, incluso los días de lluvia.

Como deporte forjador de carácter creo que es muy bueno, pero en mi caso particular lo desconozco por completo. Lo he jugado un par de veces y dada mi complexión he salido siempre muy magullado.

Pero mi afición es como deporte de sillonbowl, y en concreto de las retransmisiones, por parte de una cosa que se llamo TVE1 en los años 70 y 80, del torneo de las Cinco Naciones. Para mí, era muy emocionante ver a todo Twickenham cantando en pie, o a los All blacks danzando/cantando la haka (por supuesto no en el Cinco Naciones). Y sobre todo Le Champ Elysee cantando La Marsellesa antes de los partidos. Aunque la letra del himno es algo violenta y sanguinaria, probablemente no pasaría hoy la criba de lo políticamente correcto, sigue erizándoseme el bello ante su audición.

Este deporte está hecho por y para gente fuerte, no solamente de físico, sino sobre todo de espíritu. En él no hay posibilidad de cambio y solo una lesión puede hacer que lo dejes ¿Cuántas veces he visto a un jugador medio destrozado y que seguía jugando? ¿Cuánto daño se podían hacer en las melés y nunca pasaba nada? La simple comparación de estos aspectos con otros deportes, junto con el hecho de que era totalmente amateur, me hizo amarlo profundamente. Además está dentro de mi supuesta anglofilia.

De todos los buenísimos jugadores que he conocido, mi debilidad ha sido el zaguero francés Serge Blanco. Ya lo sé, es francés ¿Dónde queda tu anglofilia? Pues no hay respuesta, lo único que puedo decir es que soy contradictorio, aunque a mi mente racionalista no le guste.

Serge era un zaguero atípico, no solamente por el color de su piel, sino por su complexión, su visión del juego y por su capacidad para acabar las jugadas, algo que suele ser bastante raro en los jugadores de esta posición. Como último jugador francés era la última esperanza de placaje del contrario antes de anotar el tanto. Él ponía el alma en ello, consiguiendo parar a moles de muchos más kilos que le causaban muchas heridas y lesiones, pero que nunca (o casi) consiguieron hacerle abandonar. Durante la década de los 80 fue el jugador estrella de Francia, y en la semifinal frente a los wallabys, de la primera copa del mundo de rugby en 1987, ascendió a su equipo a un nivel superior. La máxima de él, y de este deporte, es trabajo, trabajo y trabajo. Y yo creo a pie juntillas en que esa es la única cualidad que nunca nos debe faltar y a la que nunca debemos poner excusas. No hace falta que me lo digas, ya lo sé, esta cualidad ha desaparecido junto con el Cinco Naciones.

Serge Blancodans rugby il ne pleut jamais ou qu'il neige ou le froid ou la chaleur: Il n'a jamais arrêté une guerre pour des raisons météorologiques

viernes, 9 de abril de 2010

Los records los tienes en préstamo

Siguiendo un poco una descripción mía, el siguiente paso lógico es escribir algo sobre mis aficiones. Y comenzaré con las deportivas.

Tengo tres grandes aficiones deportivas, dos de ellas pertenecen al campo del sillonbowl (Rugby, si has leído algo de mí anteriormente sabrás que es en el sentido inglés, y Formula One, si estás leyendo esto probablemente sea por culpa de ella) y una tercera que he practicado y sigo en ella.
Algunos amigos dicen que tengo cierto carácter snob. La verdad es que no suelo imitar a nadie, y menos en función de una supuesta posición social del individuo (la intelectual sí que me deslumbra). A pesar de esta pobre defensa mía, he de confesar que algo de aristócrata tengo: No de sangre pero sí de gustos … no muy populares.

En mi país solo existe un único deporte (sillonbowl), que sirve para socializarnos y embrutecernos al mismo tiempo. Como todos intuís es el futbol. Deporte en el que cuando entras debes de elegir un grupo y seguirlo sin dudas (de forma ciega), anulando tu propia individualidad. Esto está en el polo opuesto de mi forma de ser y pensar, lo que ha hecho que mis aficiones deportivas hayan sido siempre muy minoritarias (de ahí lo de snob?). Tengo que reconocer que disfruto con el Barcelona de Messi, y lo hice con el Milan de van Basten, la Holanda de Cruyff y, aunque poco por la edad, también con el Brasil de Pelé. Pero los deportes que me llenan son otros.

Comenzare con el practique en mi adolescencia, y que sin ningún tipo de pretensión sigo practicando hoy día. Las carreras de medio fondo (hasta 3 km). Es el deporte más barato que existe, por que no necesitas nada. Lo que usas para sobrevivir en tu día a día lo puedes usar aquí. No dependes de que nadie te ayude o apoye, ya que es totalmente individual. Y el carácter te lo moldea de una forma, que yo considero especial. Nunca puedes echar la culpa de tus fracasos a nadie, que no seas tú. Tus éxitos son exclusivamente tuyos (no existen entrenadores milagro; aunque si compuestos químicos milagrosos).
En este mundo, mi mayor referente es Lord Sebastian Newbold Coe. Sin lugar a dudas el mediofondista con más clase de toda la historia. Pero mi admiración por el no es por las carreras que gano, ni por las medallas que obtuvo, sino por su humildad y constante compromiso con la gente simple.

Sebastian CoeWorld records are only borrowed