Estimados todas/os/es
La carrera de Corea del Sur ya ha pasado, y salvo alguna alegría, se puede decir que ha sido una sucesión de decepciones sin parangón. Tan decepcionante ha sido el resultado global que no se me ocurre nada ingenioso a lo que unirlo.
La primera decepción fue directamente el circuito. Un nuevo tilkometro, con rectas y curvas rápidas y lentas, para que todos estemos contentos (y nadie satisfecho), en mitad de la nada. Bueno sí, allí, cuando la burbuja del ladrillo se vuelva a hinchar, dentro de diez o quince años, habrá una ciudad con grandes edificios y con el correspondiente puerto de yates de lujo de amigos del inglés Mr. E (¡Lo más importante de todo el circuito!). Hasta que se construya, la citada ciudad y se llene de gente, aquello se asemeja más a una pocilga que a un paraje idílico, todo lleno de barro y a medio construir.
La segunda decepción fue la salida. Bueno no, la no-salida. En la F1 actual los momentos claves son la clasificación del sábado y la salida. Estos son los dos único momentos donde puedes estar seguro que todos van a dar lo máximo para ganar una posición. Pero hete aquí, que el cuestor inglés de turno nos la arrebato, por mor de no sé qué seguridad ¿No sería pánico a que un choque múltiple eliminase a muchos cochecitos y las teles reclamasen daños y perjuicios? ¡Que en la anterior cita con Petrov ya habíamos estado cerca!
La tercera decepción ha sido el ver la cara del pobre Newey después del accidente más tonto del día, el de Webber. En mojado, lloviendo, con tu compañero delante (al que no puedes adelantar por las órdenes de equipo) y un Alonso detrás que tampoco te iba a achuchar ¿En qué pensabas para irte a comprar una parcela de barro coreano? ¿No es muy parecido al australiano? Pues eso, déjalo allí y no me decepciones a mi querido Englishmen Adriano. Pero la decepción fue múltiple, y el rapidísimo Vettel (en romper motores) consiguió algo que es digno de ser estudiado por los parapsicólogos ¿Cuántos motores a estropifiado (nueva palabra que significa estropear y pifiar al unisonó)? Ni el bueno de Kubica, ni el petardo de Petrov, ni el hombre-solo de Webber han tenido tantos desfallecimientos. Después de estas decepciones no sé como habrá quedado el (H)Adrian’s Wall, pero estoy seguro que la lucha en el limes contra tanto picto de su propio equipo le debe haber dejado un sabor muy amargo. Han pasado de tener a sus dos pictos liderando el campeonato de pilotos, a ver como el general hispano de FerRoma les ha adelantado. Pero es que las huestes de los britanos están a tan solo veintisiete puntos de ellos en el campeonato de constructores ¿Seremos capaces de ganar algo teniendo el mejor coche de largo? ¿Apostaremos de una vez por uno de nuestros caballos o seguiremos haciendo de auriga lelo? Si me permites un consejo estimado Adriano, pide libertad de creación y bájate para el sur. En la roja FerRoma te adorarán, como el emperador que eres, y tendrás a tus órdenes a uno de los generales más exitosos de la actualidad.
La cuarta decepción fueron los British de McLaren. Button se dejó adelantar sin más por el hombre record, sin oponer ninguna resistencia. Después del preceptivo cambio de ruedas se quedó el último y de allí no salió en casi cuarenta vueltas. No pudo adelantar ni a Alguersuari que corre con un coche del año pasado. El día se presentaba óptimo para Hamilton, con lluvia en una posición razonablemente buena y, mientras estaba el safety-car en la no-salida, diciéndole a los de su box “ponedme las ruedas de seco que me los como a to’s”. Cuando el safety se fue no inquieto a Alonso en ningún momento y además sangredehorchata Rosberg lo adelantó de forma impecable, tuvo suerte y Webber abrazo de forma no amistosa al germano, recuperando posiciones. Pero es que la suerte estaba echada a su lado, y unas vueltas después la plebe de FerRoma perdió una tuerca y dejaron a Lewis en la segunda posición con el de safety-car fuera. Era el momento ideal para adelantar a Vettel y dar un golpe de autoridad. Pero miró por los retrovisores, y se deslumbró con la cuadriga roja del general hispano, y se salió por pánico ¿Y este piloto es capaz de aguantar algo de presión? Pero lo más decepciónate (y que me cabreó profundamente) fue la reacción, al unisonó, de todo el box de McLaren después de la compra de terrenos coreanos por parte de Webber y el ensayo de bombero de Vettel. Señor Dennis, usted que es el paradigma de lo políticamente correcto, de la hipocresía hecha arte, del control hasta del tamaño del pelo del pubis de sus pilotos ¿Cuándo lo aplicará todo eso a su gente del box? ¿O es que el fair-play es solo para cuando me conviene?
La quinta decepción fue el tuercas de FerRoma cuyo error pudo ser dramático ¿Será inglés? Pero en esta carrera, se vio que aunque el peso de un piloto en el éxito de una carrera es pequeño (a mí me gusta decir que entorno al 10%), bajo ciertas circunstancias ese porcentaje puede ser milagroso. Alonso fue el mejor auriga de todos, conduciendo su biga por dentro del estadio en todo momento, manteniendo intactas sus gomas, sin ningún fallo y mostrando que es un digno sucesor de los grandes generales y emperadores que Hispania dio a la Roma clásica.
A falta de tan solo dos carreras, ya no caben muchas revoluciones por parte de nadie, tan solo se tiene que mantener la calma y seguir trabajando duro para alcanzar el triunfo final, si es que realmente se desea.