Soy consciente que hasta ahora el número de posibles lectores de este blog era mínimo, pero tratando este tipo de temas (políticos) el número disminuirá un ochenta por cien. A pesar de todo sigo en mi idea que para comprender mis tendencias en cualquier ámbito de la vida, se deben conocer mis querencias políticas.
Platón nos mostro que el único docente decente era su maestro y todos los que han venido detrás han sido meros copiones del gran Sócrates. A pesar de todo, él nos enseñó bastante. Platón en su obra la República define al individuo como el ser que es capaz de alcanzar cuatro virtudes, a saber: Prudencia, Fortaleza, Templanza y Justicia. Solo los individuos que alcanzasen las mismas deberían de gobernar.
La idea inicial de Platón de poner al frente de la jefatura de estado a un hombre que tuviese las cuatro virtudes fue, ya en su tiempo, muy problemática, por lo que optó por intentar que los reyes de su tiempo las alcanzasen. Todos sus esfuerzos fueron en vano.
Con el devenir de los siglos las virtudes socráticas tomaron una profunda raigambre en la población, haciendo que los representantes de las instituciones se viesen obligados a modificar sus comportamientos, adecuándose a ellas.
Aunque el concepto de república ha existido desde tiempo inmemorial en sociedades homogéneas, las desigualdades que aparecen en el Neolítico hacen que se vaya instituyendo otra forma de jefatura de gobierno: la monarquía. Los monarcas obtuvieron esa situación de privilegio al ejercer la violencia e imponerse frente a sus conciudadanos. Y la han mantenido transfiriéndola de padres a hijos.
El papel guerrero de las monarquías ha sido primordial hasta hace muy poco. Sin embargo, la evolución de las sociedades ha hecho que este role sea prescindible, o en su caso llevado a cabo por otras personas. Poco a poco se ha impuesto la idea de igualdad entre los hombres (y mujeres) por lo que el concepto de rey está en desuso. En Europa tan solo quedan como monarquías Suecia, Noruega, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y España. Ya que la mayoría de la mayoría de los países han optado por la república, casi siempre después de algún suceso luctuoso.
Si ha leído alguna de mis entradas anteriores sabrá que me definen como anglófilo, y por lo tanto se podría pensar que monárquico. Como todos tenemos derecho a ser contradictorios, yo lo soy en esto.
La República debería de ser la forma de gobierno normal de un país como España. No entiendo como no es anticonstitucional que todos los españoles nazcan iguales en derechos y libertades, salvo el hijo mayor del rey. No entiendo como todos los españoles tenemos que luchar desde la cuna por un puesto en la sociedad (incluido de trabajo), salvo el hijo mayor del rey.
Además está el tema económico. Nunca sabremos cuanto nos cuesta realmente el tener un rey y si sería más barata la elección de un presidente cada cierto número de años. Las cuentas asignadas para el rey, y su casa, están desglosadas en muchos apartados, incluso son de imposible valoración según nuestros gobiernos.
El papel de representante sin poder que ejerce nuestro rey podría ser llevado a cabo por un presidente al estilo de los de Alemania o Israel, luego el problema de institución por encima de la lucha política ya ha sido solucionado en otros países. Además de ese papel, hoy día es el jefe de gobierno quien tiene todo el poder, por lo que el cambio no sería nada traumático. Eso no quiere decir que abogue por el cambio violento de jefatura de estado, sino por ir avanzando en esa idea para, en un momento dado, hacer que la República ya no sea sola de Platón sino también de todos los españoles.