Tristeza

Estimados lectores (si es que los hay),

En tan solo unos días, y si la FIA no se interpone, la temporada 2010 de Formula Uno habrá acabado. En esta semana que nos lleva desde los bosques tropicales al desierto tórrido, estoy experimentando un sentimiento de tristeza profundo, una cierta melancolía, una desazón por el resultado de este campeonato como no había sentido en bastante tiempo.

Al final tan solo van a quedar tres pilotos de pie para jugarse el título a una carta, y la sola idea de que no gane alguno de ellos me incomoda en gran media. Quizás sea el complejo de padre que siempre hace que favorezcas al hijo/a menos capacitado/a, para de esta manera aumentar las posibilidades de su existo. Quizás sea que ninguno de ellos ha levantado ningún tipo de animadversión en mí. Quizás sea el tiempo otoñal  que siempre me vuelve algo melancólico. No lo sé, pero me siento con ese estado de ánimo decaído, al estilo romántico, no como Tellado si no como Gordon.

Este domingo, al atardecer en España, dos pilotos estarán decaídos y hasta cierto punto tristes por no haber trabajado un poquito más hasta conseguir la victoria final, en la más apasionante campaña que  yo recuerde. Y esta es la idea central, no quiero que pierda ninguno de los tres. Los tres han merecido ganar pero la crueldad de la competición hará que tan solo uno pase a la historia de la Fórmula Uno, quedandose la cara de perdedores a  los otros dos adversarios.

Sebastian Vettel. Estoy de acuerdo que es un poco inmaduro, pero por esa sola razón no se le debería de excluir de ser el campeón. Es un piloto rápido como pocos, que no se lo piensa mucho a la hora de adelantar, nos ha hecho disfrutar este campeonato con sus locuras y sobre todo es el campeón que va a dominar la F1 en los próximos años. Todo esto hace que no quiera que pierda este domingo.

Fernando Alonso. Es el campeón dominador actual, pero por esa sola razón no se le debería de excluir de ser el campeón otra vez. Es un piloto algo frío y calculador, pero que cuando tiene que adelantar no se lo piensa mucho. Su coche ha estado este año por debajo de sus competidores, pero a base de tesón y orgullo ha conseguido liderar la clasificación, poniendo él ese extra que necesitaba el conjunto. Por esa actitud de sobreponerse a los infortunios no debería perder este domingo.

Mark Webber. Es el más viejo de los tres y se encuentra acercándose al final de su trayectoria en la F1, pero esa no es una razón suficiente como para excluirlo de ser campeón. Durante esta temporada ha demostrado una entereza moral muy superior a la de sus jefes en la escudería. Se ha sobrepuesto a todas las triquiñuelas que le han puesto en su camino hacia el número uno su propio equipo, y no destila  ese odio ni esa inquina hacia ellos que podría. Solo por esa gallardía no debería de perder este domingo.

Ocurra lo que ocurra, este domingo estaré dos tercios triste pero, siguiendo los sabios  y positivos consejos de mi familia inglesa, me centraré en ese tercio de alegría que me ofrecerá la F1 al proclamarse campeón un grandísimo piloto.

Near this Spot

are deposited the Remains of one

who possessed Beauty without Vanity,

Strength without Insolence,

Courage without Ferocity,

and all the Virtues of Man without his Vices.

George Gordon Noel

(Sexto Barón de Byron)