Estimados todas/os/es
No voy a desvelarles que mi pasión por la Ciencia y las Matemáticas es razonable, superior a la media en un país de artistas amantes del gran hermano, como es España. Por eso no entiendo que el último GP antes de vacaciones sea el de Hungría. Por mi amor a la simetría, las vacaciones deberían dividir en dos mitades iguales los GP, o lo que es lo mismo, después de Hockenheimring deberíamos habernos ido de vacaciones. Pero no, el avaro de Mr. Ecclestone tenía un pequeño hueco y nos coló el templo del tilkismo. Que es como esos –ismos que asolaron Europa en el siglo pasado, pero en versión asfalto.
Para aquellos que son jóvenes, he de decir que las vacaciones de agosto en la F1 son uno más de los inventos de Mr. Ecclestone. Se dio cuenta que, aunque la asistencia a los circuitos era mayor en este mes, las audiencias televisivas disminuían en gran medida. Ya se sabe, la gente está en el chiringuito, y si no se es un aficionado verdadero, no se molesta uno en buscar el chiringuito con un canal sintonizado con la carrera. Ante la queja de anunciantes y otros mentirosos de profesión, el inglés nos vendió que las familias de los mecánicos querían hozar juntos, siendo el interés pecuniario del jefe lo único que realmente existía y sigue existiendo.
Pues este año, el último GP fue el de Hungaroring. Primer gran circuito ideado por ese portento del aburrimiento diseñado que es Tostón Tilke. Circuito que lo mejor que tiene es el adiós. Es el paradigma del carril único, lo que hace que ni con DRS, ni con Pirelli se pueda adelantar. Y eso es lo que hemos visto históricamente y seguiremos viendo, durante todo el tiempo que quiera el jefe inglés mantener este desfile infumable de carteles propagandísticos, que en otros circuitos podría recordar a las carreas de Ascari, Fangio y amigos.
El sábado volvió a aparecer el amiguismo transfronterizo entre Austria e Italia. No, no voy a hablar de los favores que le hacen a Italia sus vecinos cuando su prima de riesgo se dispara, mientras que en situaciones similares nuestros camaradas europeos se hacen los suecos con nosotros, sino de esa tendencia que llevo observando, dos GP seguidos, en las Q1 Uno de los pilotos de Toro Rosso se sitúa por debajo de algún piloto de Red Bull y a falta de varios minutos se mete a boxes, evitando el intentar marcar un mejor resultado, para pasar a la Q2, y permitiendo a los de RBR estar en su casita sin tener que desgastar ni coche, ni ruedas, ni psique.
En Hungría fue Ricciardo el que a falta de cinco minutos y con un tiempo de 1m 23.250s se fue a descansar, cuando los de abajo (Kobayashi, por ejemplo) seguían luchando por pasar a la Q2. Esto hizo, que mientras otros pilotos ponían su flamante juego de blandas, Vettel (1m 22.948s) y Webber (1m 22.829s) se fuesen a tomar agua contaminada con taurina, ahorrándose un juego de blandas, unas vueltas más, un poquito de estrés. Al final, Ricciardo cayó en la Q1, su compañero pasó con un tiempo de 1m 22.380s mejor que el de los RBR en esa Q. Y los dos RBR pasaron sin bajar del autobús, o como pensaban ganar la medalla de oro olímpica los futbolistas españoles. Estoy seguro que si Ricicardo hubiese salido a hacer un nuevo intento se hubiese acercado a los tiempos de su compañero, lo que habría forzado a los chicos de Red Bull a gastarse unas gomitas nuevas y a estresarse más aun. No quiero decir que no hubiesen pasado a la Q2, Webber marcó en la Q2 1m 21.715s, un segundo más rápido que Vergne, pero esta sutil ventaja me parece un mapa motor más descarado que el ideado por Newey. Y se les está permitiendo usarlo.
A parte de ese matiz, y la pronta desaparición de Webber, el sábado no produjo nada reseñable. Demostrando más o menos donde están las distintas escuderías cuando no hay trampas ni engaños mojados.
Y el domingo fue el primer día de vacaciones. De la salida lo único reseñable fue el adelantamiento de Webber a diestro y siniestro que le colocó en la séptima posición, desde la posición undécima que ocupaba. El enésimo fallito de Lotus (The Team Formerly Known as Toleman) que dejó a Räikkönen sin su KERS. Y vacaciones.
Nada más ocurrió. Bueno, sí, que cuando Grosjean (o cualquier perseguidor) se acercaba a menos de un segundo de Hamilton (o cualquier piloto) el perseguidor perdía estabilidad y se tenía que quedar allí, de vacaciones, a esperar la entrada en el chiringuito o el baño de sol, para adelantarle. Fueron las entradas en boxes, y esas vueltas sin nadie delante las que marcaron el devenir vacacional.
En cinco maravillosas vueltas, el finés adelantó (sobrepasó en boxes) a todos sus rivales, y en la salida del chiringuito enseñó a su compañero la diferencia que hay entre un campeón, aunque retirado por un tiempo, y un principiante.
That's All Folk!
Hamilton ganó de principio a fin, demostrando que no se da por vencido, Vettel arañó un puntito y Alonso sesteó en rojo.