Primo de Anónimo

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Y tú, de quién eres?

Estimados todas/os/es

A finales de los años sesenta (sí, no me he equivocado y hace ya mucho … ¡Pero qué mucho tiempo!), siendo un pequeño infante, fui por primera vez al lugar de España de origen de mi padre. Y fue allí, a esa tierna edad, donde reconocí que a uno le asignan una etiqueta y no puede cambiarla, aunque él no se vea reconocido en ella.

Los hechos, que me dieron de bruces con la conformación de mi realidad por parte de los otros, quedaron fuertemente impresos en mis conexiones dendríticas y todavía hoy soy capaz de recordarlo con cierto estupor, a la vez que incomodo. Como relataba, uno de los primeros días de mi estancia en aquella agrupación de casas de la que mi padre era oriundo, me encontraba jugando con unas simples ramitas de arbustos tirándolos a una acequia y simulando que eran coches de carreras (¿Me vendrá de allí mi afición a la F1?). La diversión era grande, ya que me pase toda la mañana acarreando palitos de abajo a arriba de un trozo de acequia entre dos pequeños puentes, que hacían las veces de salida y meta. Cerca de la hora de la comida, se me acerco una señora mayor (igual solo tenía cuarenta o cincuenta años, pero para mí, en aquella época, esa longevidad era inimaginable) y me pregunto en voz alta “¿Y tú, zagal, de quién eres?” Ante esa pregunta clara, yo di una respuesta obvia, “no soy de nadie”. La buena señora, supongo que entendió rápidamente mi incultura y, me reformulo la frase, en este caso, preguntando por mi padre. Ya, en esos términos, fui capaz de dar el nombre y apellido de mi progenitor, pero incluso bajo esa circunstancias la señora seguía preguntándome “¿Y tú, de quién eres?” Al final, la señora muy desencantada con mis respuestas se alejó mascullando algo sobre la poca vergüenza de las nuevas generaciones (¿Les suena a alguien?). Yo muy asustado (en aquella época la opinión de los mayores era determinante) fui a hablar con mi padre. Este me explico que la respuesta no era ninguna de las que yo había formulado sino que tenía que haber dicho que era de “el pescatero”. Todavía hoy se me hace difícil entender mi pertenencia a un gremio con el que no simpatizo especialmente y al que nunca me he apuntado, ni ejercido; mi vinculación con él es tan circunstancial como la de que mi abuelo vendiese pescado algunos días a la semana durante la posguerra.

Pues bien, en esta diversión de ser blogger también se me ha incluido en conjuntos a los que creo que no pertenezco, pero si el ojo que me mira lo piensa … tendrá razón. Pasemos a intentar clasificar un poco los bloggers (o blogs) en lengua castellana que pululan en este mundo de la F1 para así intentar clasificarme(nos). Empecemos diciendo que muchos de ellos son amateurs, y por tanto no cobran, ni por la publicidad que ponen en sus páginas.  Pero hay una importante colonia de ellos que se dedica a la profesión de periodista (o les gustaría ejercer como tales). En principio, esta situación es muy injusta ya que iguala la opinión de un incompetente, pelamangos como yo con la de un profesional, que en teoría tiene acceso a más y mejor información, y nos puede dar una versión real de las cosas. Sin embargo, para descargo de los no iniciados he de decir que nosotros,  los no-periodistas, no necesitamos tener contento a ningún piloto, escudería o parroquia de la que vivir, por lo que nos podemos atrever a decir cualquier cosa (aguantando con ello el chaparrón que luego nos caerá, por supuesto) y ser más libres, que muchos periodistas y aprendices del oficio.

En la blogosfera de la F1 podemos dividir los sitios, siempre con cariño por que los limites no suelen estar claros, en páginas realistas (¡Nada que ver con la monarquía, por favor!) y en páginas imaginarias. Dentro de los primeros sitios deberían de estar los blogs de ingeniería (aerodinámica y/o mecánica), pero he de decir que en castellano son escasos estos sitios, o directamente nulos, y eso pensando que su ritmo de publicación de entradas es muy relajado y podría atraer a muchos posibles escribidores. Como mucho hay quien traduce las entradas de sus colegas ingleses. Esto indica que, aunque las exportaciones de empresas españolas debidas a consultorías económicas, químicas y del área de ingeniería superan desde 2003 al sector del turismo, todavía tenemos un largo camino por cubrir en este campo ¡Una pena que los buenos Catedráticos de Universidad de esta área no tengan esta afición! ¿Y los estudiantes, alguno se anima a enseñarnos? La práctica inexistencia de ingenieros españoles en este escalafón de la Formula Uno hace que este nicho este prácticamente vacío, como ya he escrito.

Un grupo peculiar de blogs lo conforman aquellos que se dedican a traducir al castellano las noticias y bulos que salen en la blogsfera inglesa, sobre todo. Supongo que estos bloggers viven completamente angustiados por lo último publicado, ya que los sitios de noticias en castellano también se nutren de los mismos lugares y compiten fuertemente con ellos, aplastándoles los escasos minutos de gloria que tienen.

El otro gran grupo, dentro de los realistas, es el que yo llamo historicistas. He de comenzar diciendo que son los que más miedo me dan, porque gracias a su increíble memoria (o gigantesca base de datos, que al fin y al cabo es parecido) son capaces de hacerme revivir una carrera que estaba en mis recuerdos, sacándome los colores al comprobar que los hechos que yo recordaba se parecían solo ligeramente a la verdad, pero cambiando nombres, fechas, accidentes, resultados, circuitos y cualquier otra cosa que uno pueda pensar. Además, ellos tienen la habilidad de contarte esa carrera que pasó mucho tiempo atrás y que demuestra que todos los sucesos acaecidos en la última, incluidas pillerías y polémicas, ya habían sido realizados años antes. Por suerte tenemos bastantes buenos bloggers cubriendo este aspecto, incluyendo uno en esta casa.

El grupo de bloggeros imaginaristas, o lo que es lo mismo que ofrecen su opinión subjetiva y trabajo imaginativo, es el más numeroso. En él se da la circunstancia que los lectores y/o comentaristas de un sitio son los webmasters de otros, con lo que casi podemos decir que la cosa se juega siempre en casa. Estos los divido en función de sus filias y fobias automovilísticas. Así tenemos, entre otros, a los

Schumachistas: Son un grupo muy pequeño y casi en extinción (o abducción por los Hamiltonianos). Llegaron tarde a los grandes duelos de los años 80 y 90, y quedaron impresionados por el aburrido desfile militar del señor que batió todos los records, pero que no está en el corazón de casi ningún aficionado (según se puede comprobar en distintas estadísticas, que en entradas anteriores he presentado).

Hamiltonianos (advertencia para estudiante en Google, no vamos a hablar de mecánica cuántica, no es necesario que entres): Suelen ser anglófilos de pro, y por lo tanto cualquier cosa de las Islas les suele parecer lo mejor del mundo y parte del extranjero. Este grupo tiene la dificultad añadida, para sobrevivir en castellano, de la mala prensa de su ídolo-piloto; por culpa del comportamiento extraordinariamente hipócrita del mismo que aquí se ve, no así en la Pérfida Albión. La mayoría de sus escritos se basan en intentar iluminar los adelantamientos del susodicho, eclipsando el favoritismo que recibe de los estamentos de la F1 y del comportamiento bastante sucio y mentiroso del mismo, dentro y fuera de la pista.

Alonsistas: Son la inmensa mayoría de bloggers en España, son la religión oficial y el grupo más fácil al que pertenecer. Aparecieron con el señor calvito talibán y probablemente desaparezcan en unos pocos años. Cualquier insinuación, de hecho o palabra, negativa a su ídolo es tomada como un sacrilegio, y en la mejor tradición de la inquisición, los autores de esas insinuaciones son reos de excomunión (por parte de los alonsistas civilizados) o de linchamiento físico (por parte de los otros).

Ferraristas: Suelen tener un conocimiento amplio e histórico de la F1 y por lo tanto saben que ser seguidor de esta escudería es abonarse al fracaso casi continuo, es ser el que casi gana el campeonato, es estar huyendo del fallo de todos los días, es ser del atleti (solo comprensible para españoles; lo siento queridos/as lectores/as iberoamericanos/as pero el sentimiento que tienen los aficionados de ese club de futbol español es el que calca al ferrarista, “casi lo conseguimos, pero no pudo ser”).

Antialonsistas: Es un grupo bastante heterogéneo en el que se pueden inscribir alguno de los pertenecientes a los grupos anteriores, salvo el obvio. Muchos de ellos se han unido a él por reacción contra los defensores periodísticos que tiene el piloto español (a estos últimos me gustaría preguntarles muchas veces si son fans de Alonso o lo que quieren es hundirlo) y de las posturas políticas o futbolísticas que defienden. Las críticas de los pertenecientes a este grupo, al piloto español, suelen ser muy viscerales, impregnadas muchas veces de comentarios futbolo-políticos, y suelen ser hechas desde el más oscuro de los anonimatos, complementándose a las mil maravillas con el grupo alonsita que también utiliza la misma metodología en los blogs adversarios.

Cajón desastre (¡Así escrito!): Aquí habría que incluir a todos los que no están en los grupos anteriores, como son los seguidores de mi querida Williams y otras escuderías como Tyrrell (ahora nefastamente llamada Mercedes), Stewart (la actualmente gloriosa Red Bull) o Toleman (escondida detrás de la avispa de Renault), o lo que es lo mismo, los amantes garajistas, y aquellos que son francotiradores. Estos últimos distribuyen sus filias y fobias según el momento del día, incluso según la velocidad del viento reinante en la Luna, siempre huyendo de los grupos y sobrevalorando en demasía su individualidad.

¿Y yo, de quién soy? Pues me gustaría pensar que pertenezco al último grupo. Mi querencia es la escudería Williams y lanzo mis odios y amores sin prácticamente distinción, cambiando la dirección a cada instante (¡Soy contradictorio!), pero es el ojo ajeno el que realmente conforma mi realidad. Y he de decir, que según el Sr. Herzog, soy un alonsista descarnado, mientras que bastantes comentaristas familiares me han llamado con gran vehemencia antialonsista excomulgado.

¿Y ustedes, de quién son?


(PD. Quisiera agradecer a D. Luis y a D. José el permitirme amablemente piratear su trabajo gráfico)



8 comentarios:

fitti4652 dijo...

Yo soy ferrarista declarado, pero también el primero en criticar a la escudería cuando lo hace mal. Me gusta mucho, bastante, Fernando Alonso, pero soy el primero en decir sus pecados. No soy fans de Hamilton, y le he criticado, pero también he reconocido sus grandes actuaciones.
También sigo especialmente a Kubica, a Vettel, a Newey, a Ross Brawn, en fin...
Efectivamente, me ha pasado y me pasa lo que a ti, que unos dicen que soy de Hamilton, otros que alonsista, etc.
Y si me preguntas ¿y tu de quien eres? mi respuesta sería "de nadie".

Primo de Anónimo dijo...

Hola Fitti4652,
Luego a ti también te pongo en el cajon desastre. Nos gusta la F1, las cosas que hacen bien todos y nos disgustan las cagadas y salidas de tono que tienen a veces algunos.
¡Ese debe ser el espíritu de los aficionados de F1!

pulguitaatodogas dijo...

En Asturias suele ser típica esa pregunta: ¿y tú de quien eres?: de mi padre y de mi madre, respondí yo aturdido, lo que hizo mucha gracia a la señora que me preguntó.
En la F1 no soy nada (cuando enciendo el televisor se calla Lobato) porque me cuesta ponerme ningún -ismo, ni en deporte ni en ninguna otra faceta. Me gusta Alonso a veces y otras no; Hamilton casi nunca; admiro a Schumacher aunque no me gusta muchas de las cosas que hace; siento ternura por Pedro; Vettel me produce rechazo y Webber puede llegar a divertirme; Button ... por lo que me quedo en el cajón desastre.

Primo de Anónimo dijo...

Hola José Luis,
Esa es mi idea primigenia; la inmensa mayoría de los aficionados de F1 no somos de nadie, somos “volubles”, gustándonos ciertas cosas y comportamientos de todos. Cuando esos ideales no aparecen, lo criticamos y miramos a otros; siendo totalmente distinto nuestro comportamiento al de los seguidores de otros deportes (por ejemplo de fútbol), que siguen a su equipo hasta cuando sus planteamientos no son muy correctos.

manuel dijo...

Yo era un fanático de Schumacher y de Ferrari, defensor del alemán en las temporadas 2005 y 2006.

Alonso no me caía nada bien pero reconocía que era un portento al volante. A partir del gran Premio de Mónaco de 2007 (en el que Hamilton afirmó que Alonso le había frenado) y con la ausencia de Michael en las pistas, me convertí en un fan más de Alonso.

Primo de Anónimo dijo...

Hola Interdomin,
Luego tu bagaje histórico en la F1 es con distintos pilotos y escuderías. Eso es lo que siempre afirmo yo, “el aficionado de F1 es completamente libre y va cambiando con el tiempo”, no estamos sujetos a nada ni a nadie. Todo lo contrario que en otros deportes donde cambiar es una traición; aquí tu puedes incluso ser seguidor de Hamilton y de Alonso al mismo tiempo. Y para mí eso es lo más bonito de la F1, la libertad sin condiciones.
Saludos y gracias por pasarte.

Raul z dijo...

YO SOY ESPAÑOL ESAÑOL ESPAÑOL

Con esto te lo digo todo. Para mi Alonso es la Roja de la F1. Soy incondicional en el apoyo, aunque soy capaz de ver sus defectos y las virtudes de los demás.

Digamos que no he nacido para pegarme por él, pero si hay que partir la cara a un inglés me apunto. No se si me explico. Si es necesario, me visto de forofo, pero me gustan los detalles y si no gana Alonso este año, me da igual, porque me lo he pasado muy bien.

Enhorabuena por tu blog. No sabía que tenías uno. Nos vemos por aquí o en el infierno... verde.

Primo de Anónimo dijo...

Hola Raul,
En primer lugar gracias por pasarte por aquí.
La primera respuesta que has dado era obvia. Pero hablando de la F1 ¿Te das cuenta lo que dices? Que eres alonsista pero con matices, que lo que te gusta es disfrutar de la F1 y eso es lo mejor, al menos en mi modesta opinión.
Nos leemos.

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