Estimados todas/os/es
Creo que el titulo ya es suficientemente descriptivo de lo acontecido en el glamuroso Gran Premio de Mónaco. Así que si tienen poco tiempo que perder no sigan leyendo. No hubo más, el resultado del sábado se calco de forma imperfecta el domingo y San Seacabó.
Si todavía no se han ido es que tienen un poquito de tiempo para perder con mis tontás y se lo agradezco. Pasemos entonces a lanzar un poco de mala baba al espectáculo que nos brindaron esas señoritas conservadoras que llamamos pilotos. En este conjunto no está mi nuevo ídolo Vergne, que demostró que más vale victoria volando que unos cuantos puntitos en la séptima plaza. Esta fue la forma de abordar los GP durante cierto tiempo, aquel en el que se podía decir eso de que el segundo era el primero de los pringa’os. Ese tiempo pasó, pero los ancianos seguimos disfrutando como niños con esos románticos equipos, y pilotos, que no cosechan puntos sino que intentan devorar victorias (¡Aunque sean virtuales!). Mi más sincera enhorabuena a la gente de Toro Rosso. No hicisteis el ridículo sino que mostrasteis el camino a los mediocres.
Pero empecemos por el principio del relato, no seamos Vargasllosianos. El sábado nos mostró la otra cara de Maldonado, esa que no quisiera ver en ningún piloto y menos en uno que defiende los colores de Williams. A parte de eso, el viejo espejismo pareció deslumbrar y ese reflejo mostró, una vez más, la fanfarronería que aquilata prediciendo su propia victoria. Después de seis pruebas el viejo espejismo solo aquilata el 3% de los puntos de su equipo ¿Por qué machamos a Massa que ya aporta el 12%? ¿No somos muy crueles con el brasileño y benévolos con el robador de novias de amigos? Sin querer seguir en esta línea, solo decir que el macarrismo del GP anterior hizo que el mejor tiempo no fuese la pole, y este acabase con alas en Webber.
El domingo comenzó con amenazas de lluvia, que con tanto recorte económico en la eurozona, acabó llegando tarde y no sirviendo de nada. Tan solo decir que la estrategia de Ferrari robó la cartera a Hamilton, y que ese chico que no sabe adelantar, ni nada por el estilo, pasó de la novena posición, con el coche pseudo-ilegal con agujero desde Bahréin, a cuarto en el templo de los adelantamientos. Y parafraseando a los dibujos de mi infancia That’s all folks!
En este GP volvió a ganar un nuevo piloto, repitiendo Red Bull como escudería, lo que me hace pensar que este año el campeón del mundo puede ser un piloto con pocas victorias, pero si con un consistencia de resultados muy grande. La forma de ver un poquito la consistencia del piloto es comprobar que posición ocupó el domingo respecto al sábado. La diferencia positiva indica que ganó posiciones, la negativa es que perdió y el cero nos indica la repetición de resultados. Siguiendo esa filosofía he confeccionado la siguiente gráfica. Si nos fijamos, en primer lugar, en Hamilton, vemos que su posición promedio en parrilla es la sexta, teniendo en cuenta la gasolina de Barcelona. Si exceptuamos ese resultado, su posición promedio de partida es la tercera, que es muy buena. Pero la gráfica, casi siempre en el lado negativo, nos muestra un piloto que empieza bien pero siempre acaba mal, con un promedio (exceptuando el GP de España) de 3.4 posiciones perdidas a lo largo del GP. Esos números no son excesivamente buenos ya que nos lleva a estar siempre lejos del pódium. Además, no fue capaz de transformar las dos poles en cincuenta puntos.
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Alonso, por el contrario, tiene una posición promedio de parrilla razonablemente mala, ocupando la octava posición (realmente 7.5), pero consigue acabar las carreras por encima de esa posición. De hecho el promedio de ganancia es de tres posiciones, por lo que siempre está al acecho del pódium, y la única vez que salió en la primera línea de parrilla mantuvo esa posición al final, mostrando una gran consistencia en sus resultados.
Webber suele comenzar mejor que el español (quinta posición promedio), pero no suele ni ganar ni perder gran numero de posiciones a lo largo de su carrera, por lo que esa tendencia no le va a permitir ser campeón. Su compañero, el denostado Vettel, comienza peor, séptima posición (números reales 6.5), con una mejora en carrera que apenas supone una posición de promedio. Aunque hay que decir que en las últimas carreras la tendencia positiva está claramente marcada. Los RB no son malos coches pero no terminan de imponer respeto a sus contrincantes.
Los datos de Rosberg son realmente buenos en la parrilla, quinta posición (promedio numérico 4.6), pero luego en carrera se suele desdibujar en gran medida, perdiendo unas dos posiciones promedio. Pero hay que decir que cuando salió desde alguna posición en las tres primeras líneas sus resultados fueron excelentes, y solo es cuando sale desde el medio del pelotón cuando se desmotiva y le pasan hasta los HRT. Una serie de buenas calificaciones podrían dar un giro espectacualr a su posición.
Visto estos resultados debería de dar mi pronóstico para Canadá, pero sabiendo que cada vez que anticipo algo bueno para un piloto este sufre una terrible debacle, prefiero callarme.